viernes, 29 de abril de 2011

Carta al parado cinco millones

Hoy ha salido un escalofriante dato de la Encuesta de Población Activa (EPA): ya hay cinco millones de parados en España. El dato exacto es de 4.910.200 , y parece que algún miembro del gobierno se siente aliviado de no haber llegado a esos cinco millones redondos (manda huevos).  El dato es un drama se mire por donde se mire: quiere decir exactamente que hay 4,91 millones de personas que están buscando empleo y no lo encuentran.  Incluye a los que reciben prestación por desempleo, a los que ya la han finalizado, y continúan cobrando los famosos 400 y pico Euros de subvención, y a los que no cobran nada, pero siguen apuntados al INEM, o siguen buscando empleo.  No cuenta los más desesperados de todos, los que han desistido totalmente incluso de buscar empleo.  Según la EPA, el crecimiento del paro ha venido acompañado de una reducción de la población activa. Para los expertos, éste es un síntoma preocupante: si el número de personas que tiene o busca un empleo aumenta, es una señal de que lo peor de la crisis queda atrás. Lo contrario es señal de desánimo: muchas personas dejan de buscar trabajo porque no creen que lo vayan a encontrar. En el arranque de este año, la población activa disminuyó en 42.900 personas.

Por eso esta carta va dirigida a ese parado número cinco millones, que si no ha llegado todavía espero que no llegue nunca, aunque parece que vamos de cabeza a batir ese y todos los records que se nos pongan por delante.

Querido parado,
Me es muy difícil dirigirme a ti, primero por el profundo drama que puede suponer para ti estar en esta situación.  Y también porque dentro de lo que conocemos por parados hay una población muy heterogénea.  Desde las situaciones personales más injustas, hasta un gran número de jetas.  Esta carta no va dirigida a todos estos últimos: yo no os considero parados, os considero unos ladrones.  Estáis chupando de los impuestos del resto de trabajadores honrados, que con nuestro esfuerzo conseguimos pagar (de momento) a todos los que lo necesitan de verdad, pero también a todos estos ladrones.  Sois tan corruptos como los políticos que utilizan el dinero público para enriquecerse ellos y sus familias.  Igual de corruptos.  Igual de puta es la prostituta de lujo, que la de carretera de polígono industrial, independientemente de lo que cobren.
Tú, que vas al INEM a cobrar el paro, y luego vas a trabajar en negro, me estas robando.  Como te enganche no voy a dejar de soltarte hostias hasta que no se cruce por delante de mí un controlador aéreo, que es de los pocos a los que tengo todavía más manía que a ti...

Volviendo a mi mensaje al parado: independientemente de tu situación personal, quiero animarte a que nunca, nunca te pares.  El propio nombre de parado es bastante estúpido.  No te quedes parado, que nadie va a venir a ayudarte.  No esperes que teniendo tanta gente alrededor buscando lo mismo que tú, te vaya a caer del cielo.  Considera que buscar trabajo es un trabajo en sí mismo.  Dedícale tanto esfuerzo o más que si estuvieras trabajando (o tanto esfuerzo o más que si estuvieras estudiando).
Tu mayor activo es EL TIEMPO.  Tú tienes todo el tiempo del mundo para cambiar esta situación.  Puedes elegir, hundirte en el sofá con el mando de la tele, o afrontar la jodida realidad con entusiasmo.

Este mensaje es independiente del tipo de parado que seas, pero ahí van unos cuantos mensajes personalizados:

Si eres joven:
Ánimo, te ha tocado un tiempo jodido.  Según José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, "Los jóvenes que acceden al mundo laboral en un momento de recesión económica tienen, a lo largo de su carrera laboral, menores salarios, más periodos de desempleo y mayor sobrecualificación que los que acceden en un momento de expansión".  Duro, pero cierto.  Además, el último dato de jóvenes desocupados es del 45% de los que están buscando un empleo.  Casi la mitad.  Es tan duro que puedo adaptar un chiste que se decía cuando yo entré la carrera: cuando estés con tus colegas, mira a tu lado.  O él o tú no vais a encontrar empleo.  Puede ser tu colega, o caerte bien, pero es tu enemigo.
Esto sólo se soluciona con empuje, con ganas, siendo mejor que él, tienes que ser competitivo.  Aprende a hacer entrevistas, como aprendiste a hacer ecuaciones, repitiendo y repitiendo hasta el infinito. No te canses de seguir buscando.  No pierdas el tiempo.  Cuando por fin estés trabajando, Madrid y Barça seguirán jugando partidos del siglo, Belén Esteban seguirá gritando en Telecinco, y seguiremos haciendo el ridículo en Eurovisión.

Si eres más “maduro”, pero no lo suficiente como para que te prejubilen:
Es decir, te han echado a la calle después de bastantes años de esfuerzos y sacrificios por una empresa que, seguramente, no es tuya ni de ningún familiar.  En tu caso es mucho más difícil darte ánimos, lo terriblemente injusto de tu situación sólo lo puede entender el que lo vive. Pero piensa que toda esa experiencia que tienes se puede utilizar, se debe utilizar.  Seguro que hay muchas cosas que hacías bien, que o nadie te valoraba, o no te dejaban ni hacerlas (casi todos tenemos un jefe capullo).  ¿no te dan trabajo? Piensa en otra posibilidad: ¿por qué no te lo creas tú mismo?  Es el momento de empezar el proyecto que se te ha pasado por la cabeza tantas veces.  Da igual si es muy ambicioso o muy modesto.  Este país lo que necesita es gente con empuje, que cree empresas, que genere actividad económica.  Lo puedes hacer, seguro.  La necesidad te está dando la oportunidad de hacer algo que no te atreverías si estuvieras trabajando para otro.
NOTA: el espíritu emprendedor no se puede forzar, tiene que salir de uno mismo.  Estos mismos consejos serían válidos también para los jóvenes, pero no merece la pena dedicarle el más mínimo esfuerzo; nuestro sistema educativo está programado para que estudiemos duro para conseguir un buen empleo.  Si en toda tu vida de estudiante nadie te plantea la posibilidad de crear tu propio proyecto de empresa, es muy difícil que surja una masa social de gente que cree empresas.

Si vas al INEM a cobrar el paro, y luego vas a trabajar en negro , pero porque te obliga tu jefe:
Retiro lo que te he dicho antes de ladrón y corrupto.  En este caso es tu jefe el ladrón y corrupto, y como le enganche voy a seguir el mismo procedimiento que he dicho arriba (incluido lo del controlador aéreo).  Pero piensa realmente si no tienes otra posibilidad.  El problema de la economía sumergida es que está bien vista, por eso es tan difícil luchar contra ella.  Si no metes mucho miedo (y las amenazas que ha hecho el Ministro de Trabajo ese que se parece al tonto de la clase, que se lleva siempre todos los cates, no meten ni mucho miedo ni poco) nunca conseguirás que “aflore” el trabajo sumergido, como dicen ellos.

No quiero alargarme más.  Creo que ha quedado claro mi mensaje: muchos ánimos, parado cinco millones. Tú puedes cambiar levantar esta situación. Pero sólo tú, si esperas que te lo solucionen los políticos la llevas clara.

1 comentario:

  1. Ayer, dos años después de haber escrito esta carta, se publicó un nuevo dato de la EPA. Llegó el parado 5 millones, y también ha llegado el parado 6 millones. No se puede decir que la situación esté igual, porque es difícil de imaginar la desesperación que supone para ese millón de personas que no encuentran trabajo.
    Pero las conclusiones de esta carta siguen siendo vigentes.
    Vinieron otros políticos, y no han solucionado el primer (repito, EL PRIMER) problema de los españoles.
    Según un señor llamado González Pons en esta legislatura "aspiramos a crear 3,5 millones de puestos de trabajo". Ánimo Sr. Pons, ya sólo le faltan 4,5 millones...
    Según las promesas electorales del partido que está en el poder, se iba a ayudar a las PYMES, y a que los españoles tuvieran más fácil montar una empresa. No hace falta decir que llevan un suspenso total. Pregúntele a cualquier emprendedor de éxito, y le recomendará marcharse fuera de España para montar una empresa.
    Prometieron ayudas para fomentar el empleo juvenil. Estaba en un 45%, y está en un 57%. Y a los jóvenes que tienen que marchar fuera de España a intentar labrarse un futuro, los llaman "movilidad exterior"
    En fin, de lo que más orgulloso que estoy de toda la carta que escribí hace dos años es precisamente la última frase.

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